Sus virtudes terapeuticas permiten recobrar el equilibrio (recentrage), el conocimiento de uno mismo (intuición creativa e interpretación de sus propias creaciones) y la calma interna.
Meditar no es sentarse cual Siddhartha, con las manos como cuencos sobre las rodillas, y los ojos de kubrick bien cerrados, a pensar en no pensar, sino que es toda acción o no acción que nos permita aquietar la mente.
Sólo (y nada menos que) eso: Aquietar la mente.
Si me preguntan a mí...
- Sunny Sunday o A Case of You de Joni Mitchell
- Buen vino tinto
- Sahumerio Satya Sai Baba
- y cualquier libro para colorear (mándalas o princesas de disney)