jueves, 25 de noviembre de 2010

Fiebre


Quiero correr despojándome de las ataduras, dije?
Corrijo: menos de las que me unen a vos.
Quiero creer que nos pertenecemos.
Quiero pensar que cuando te alejas, te llevas el verde temor de mi mirada cuando se olvida los disfraces y el disimulo, o quizá los siete velos, o mi nostalgia de un 3 de marzo.
Pero la verdad es que el tiempo nunca está para nosotros.
Vagamos por caminos paralelos, sin alcanzar ninguna encrucijada.
Nacimos semejantes pero vivimos tan distintos, tan al revés.
Somos búhos y alondras.

Quizá si aprendiera a caminar de manos, podría ver las cosas desde tu perspectiva.
Pero ¿de qué serviría? Nada nos hace dos.  

Entonces elegiría no nacer de tu mano ni ver apagar las luces del mundo cuando te vas…
No usar más el tiempo condicional, y que todo sea simple o perfecto.
Pero estás en cada grado de esta fiebre que padezco,
Y cuando baje la temperatura, todo habrá sido delirio.