martes, 28 de diciembre de 2010

Un mundo diferente al de recién II

Acá en el instante que dejó de ser, y que ahora está quietito al lado de este nuevo segundo, te encuentro. Con un parpadeo te pierdo, y en el aire nuevo que tocan mis manos, nace un mundo tan diferente al de recién. Tengo un puñado de hojas garabateadas que te reclaman, y una lista nueva de autores que memoricé para poder falsificar un momento más, tengo también un disfraz de doctora maravilla colgado en el placard esperando tu orgullo. Tengo tantos brazos para quererte hoy, y tantas ganas de ir a tomar ese café, y encima cada mañana veo nuestra mesa con sus dos sillas ingenuamente esperándonos. Y el diario que encargaste golpeó mi puerta el domingo con tanta voracidad, que voy a tener que pintarla de nuevo, quizá verde como tu ojos verde mar. Si bien el mundo que hoy nace no encuentra a quién despertar del lado izquierdo de tu cama, de la voz que dejaste en mí se caen algunas palabras gracias a tu amorosa anticipación. Y quizá sea cierto que cuando el pájaro posa su pico sobre el del pichón lo hace para alimentarlo, o tal vez no y sea como yo creo que lo hace para besarlo. Y quizá sea cierto que la mariposa vive un día, o tal vez no y sea como yo creo que ésta es la misma mariposa que vino a visitarme ayer, y anteayer…